El lápiz de dibujo se puede sujetar de diferentes maneras dependiendo de lo que pretendamos hacer en cada momento. Como norma general el lápiz hay que sujetarlo firmemente (que no baile entre los dedos) pero los trazos sobre el papel deben ser suaves; en momentos excepcionales se "aprieta".
Para conseguir mayor o menor intensidad de tono utilizamos diferentes durezas de lápices.
A continuación os presento las formas mas habituales de sujetar un lápiz de dibujo: fijaos que NUNCA se se coge cerca de la punta:
Esta sujeción es la mas empleada para bosquejar o para comenzar un dibujo trazando las líneas de los polígonos que nos ayudarán a encajar los objetos. También resulta muy útil para los primeros trazos del dibujo en sí ya que permite que los movimientos nazcan del hombro o del codo en lugar de la muñeca. Intentad hacer un círculo con esta posición y sin mover la muñeca, veréis que salen mejor. Para los momentos iniciales, no os preocupéis si pintáis varios trazos para dibujar una línea, cuando mas tarde la repasemos con el lápiz blando, elegiremos la mejor de todas ellas.
Esta posición es la del detalle; la utilizaremos cuando queramos precisión. Es muy parecida a la de la escritura aunque un poco mas vertical y sujetando el lápiz no demasiado cerca de la punta. (Esto es extensivo a todas las posiciones de dibujo...Dejad aire en la punta)
Posición adecuada para sombrear; permite movimientos horizontales de la muñeca o del codo y utilizaremos la parte plana de la mina para generar trazos anchos ideales para las sombras.
Trazo enérgico. Para sombras fuertes o trazos en los que deseemos presión.
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